Te quiero como se quieren las cosas imposibles, con anhelo, pasión, ansia, desesperación; con insistencia, tenacidad, sin descansar.
Te quiero como quieren los adolescentes, sin pensar, sin reparos; un te quiero arriesgado, que desafía toda autoridad, toda moral, toda opinión.
Te quiero como quieren los valientes, aceptando tu pasado, tu presente y tu futuro; conociendo las partes más oscuras de tu alma y prometiendo llevarles algo de claridad.
Te quiero como quieren los inseguros, con miedo a perderte, de no ser suficiente, de no cumplir tus expectativas.
Te quiero de la única manera que sé querer, de forma efímera, de manera turbulenta, con altibajos, con todo el corazón.