El bien y el mal, blanco y negro, luz y oscuridad. Dualidad. El mundo está regido por ella; o al menos lo estaba. Pero me pregunto ¿Sólo existe dos para todo? ¿No hay matices? ¿Colores grises en las paletas de la vida?.
La respuesta (o al menos la mía) es Sí. ¡Sí hay grises! ¡Sí hay intermedios! ¡Sí hay neutralidad!.
El bien y el mal muchas veces se parecen y nos engañan. El camino que te marcan no siempre es el indicado, pero uno debe seguir su corazón, y encontrará la senda adecuada. Porque cada quien tiene un camino único y especial, propio de cada individuo, todas las vivencias son válidas y nos hacen quienes somos, con cada acierto, pero por sobre todo, con cada error aprendemos y salimos adelante, algunas veces solos, pero la mayoría acompañados o con un pequeño empujón.
El blanco y el negro suelen representar los extremos, estás de un lado o del notro; ¿No hay algo a la mitad? ¿Se puede no elegir? ¿Se puede elegir ambos? Sí, porque todo es posible, o como dijo cierto comercial de ropa deportiva "Imposible is nothing". Existen los grises, y para personas como yo, ese color lo es todo, y prima en nuestras vidas. No es necesario recurrir a los extremos, siempre es posible no ir a ninguno, o rescatar lo mejor de ambos y crear algo superior.
Luz y oscuridad, la primera siempre es relacionada con el bien, y la segunda con el mal. ¿Pero que tanto de eso es cierto? ¿No te dicen que no vayas hacia la luz? ¿La luz no suele cegarnos? ¿No nos muestra lo que no queremos o necesitamos ver? ¿No genera discriminación el observarlo todo? En mi caso, si me viera absolutamente obligada a elegir, optaría por la oscuridad, pues vuelve las cosas más objetivas. Pero como el fin de este escrito es demostrar los intermedios, hablemos de la penumbra, ésta me recuerda a los días de neblina ¿Y a ti? Espero que si. Particularmente, amo esos días, y a mucha gente le parecen tétricos y salidos de películas de terror. Amo el tener poca visibilidad, el no saber si a los próximos pasos hay alguien o la incógnita de saber si estás absolutamente solo o todo lo contrario. Porque genera adrenalina y lo comparo con la vida. ¿Sabemos lo que nos va a pasar? ¿Qué nos espera a la vuelta de la esquina? ¿Vivir o morir?.
Perdónenme si divago tanto, pero a veces ne surgen las palabras con tanta dinámica y la tinta de la lapicera con la que escribo esto (porque primero lo hice en papel) no iguala la rapidez de mis pensamientos, pero tampoco me frena.
Según yo, la vida dejó de ser dual, o al menos, va por ese camino. El abanico de posibilidades se agrandó, hay 3 opciones, o son las que yo percibo (Espera, ¿Estamos en 3D?).
Nota: este texto tiene aproximadamente ocho años.
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